dissabte, 10 de novembre del 2007

¿Cuál es la misión de un periodista?

Para dar respuesta a esta cuestión, aparentemente tan sencilla, pero, a la vez, tan compleja, empezaré por dar la definición de diccionario de algunos conceptos.

Según la Real Academia Española (www.rae.es), misión, periodista y periodismo significan lo siguiente:

Misión: Poder, facultad que se da a alguien de ir a desempeñar algún cometido.

Periodista: Persona legalmente autorizada para ejercer el periodismo. Persona profesionalmente dedicada en un periódico o en un medio audiovisual a tareas literarias o gráficas de información o de creación de opinión.

Periodismo: Captación y tratamiento, escrito, oral, visual o gráfico, de la información en cualquiera de sus formas y variedades.

Parto de la definición formal de periodismo para redactar mi primera idea acerca de cuál debe ser la misión de un periodista. Entiéndase, pues, que será el significado más literal y, por consecuente, el más original y el más ingenuo.

Así, un periodista es un mediador entre la fuente de información y el receptor final, que es un receptor masivo, heterogéneo. Es un intermediario que traslada una porción de realidad des de su origen hasta las masas. El canal por el que se difunde dicha información son los mass media, es decir, los medios de comunicación, ya sean escritos, audiovisuales, digitales o multimedia. Así mismo, el periodista debe usar un código determinado en el mensaje, esto es, debe repetir unas pautas y unas estructuras fijas en la producción de estos menajes para que sean claros e inteligibles para el conjunto heterogéneo receptor.

En este sentido, podemos hablar del modelo de comunicación que proponía Lasswell, en 1948. Des de una perspectiva funcionalista de los MCM (medios de comunicación de masas) y, lo que es conocido como la Mass Comunication Research, Lasswell propone lo siguiente:

Los MCM son instrumentos para la gestión gubernamental de las opiniones. Son herramientas de circulación de símbolos eficaces de comunicación. Respecto a la audiencia, es un blanco amorfo que obedece el esquema de estímulo-respuesta. Su modelo, actúa según el modelo de la aguja hipodérmica: impacto directo e indiferente sobre los individuos atomizados. Hablamos, por lo tanto, de un modelo unidireccional y lineal, donde la acción comunicativa más relevante es la persuasión. Los medios son, desde este punto de vista, meros instrumentos de movilización social para influir en actitudes, opiniones y comportamientos.

No obstante, este modelo queda superado por la teoría posterior llamada Two step flow of comunication. Este doble flujo de comunicación, conocido también como teorías intermedias, consiste en añadir elementos intermediarios al proceso comunicativo lineal de Lasswell. Existen, por lo tanto, dos etapas:

  • Los MCM, que son el grupo primario, difunden información, comunicados a la masa.
  • De esta masa, son los líderes de opinión los que sintetizan y, de alguna manera, se apoderan de la información para, posteriormente, explicarla subjetivamente a grupos secundarios.

En este sentido, podemos imaginar que los cambios en la conducta responden más a la influencia de la comunicación interpersonal que a la comunicación masiva, puesto que nos dejaremos llevar con más confianza por algún conocido que creemos que está enterado del tema y es capaz de adaptarse a nuestros conocimientos, nuestro contexto y nuestra ideología para acercarnos un concepto, noticia o mera información que por unos escritos fríos y distantes en un periódico, por ejemplo.

Por lo tanto, este segundo modelo cuestiona el principio mecanicista de Lasswell del efecto directo e indiferenciado y rechaza el argumento tautológico del efecto masificador de la sociedad de masas.

De esta explicación podemos sospechar que el periodista lo único que hace es ofrecer, difundir acontecimientos, información útil para el pueblo y que son estos líderes de opinión quienes acaban de hacer cuajar sus efectos en la población. Entonces, deberíamos de creer ciegamente en los valores noticia, esto es, en los criterios de noticiabilidad de los cuales un periodista parte para escoger escrupulosamente qué comunica y que deja en el tintero.

Las principales variables de selección de los hechos en ámbito nacional son, según Villafañé, Bustamente y Prado (1987):

  • Notoriedad (33%)
  • Interés mayoritario (23%)
  • Conflicto (17%)
  • Cantidad de afectados (15%)
  • Disponibilidad y accesibilidad (12%)

Sin embargo, somos conscientes de los intereses económicos y políticos que rigen en una empresa de comunicación y que, a menudo, son los que deciden de qué nos vamos a enterar y sobre qué vamos a reflexionar o qué vamos a ignorar. Es tan sencillo como entender que si entra un anuncio a última hora, el director de marketing está totalmente autorizado a recortar la noticia. O que hacer una portada espectacular y morbosa tiene preferencia a una formal y de calidad informativa.

Después de esta breve reflexión, y habiendo pasado por muchas de las funciones de un periodista, pero, a la vez, sin haber concretado ninguna, creo interesante hablar de las funciones que los medios y sus comunicados tienen para la audiencia. Es esencial, a mi parecer, definir estas funciones, ya que si conocemos qué busca el público, podemos adecuar el contenido a sus preferencias. Estas funciones parten de los estudios realizados por Lasswell, Wright, Lazarsfeld y Merton.

En este sentido, hablamos de las funciones desde dos perspectivas: las circunstancias sociales y ambientales y, en segundo lugar, las circunstancias individuales y psicológicas.

  • Circunstancias sociales y ambientales:

- Escapismo: aligerar las tensiones y los conflictos sociales mediante el consumo de los medios.

- Vigilancia del entorno: ser consciente de los problemas que exigen atención. Una de nuestras fuentes de información son los MCM.

- Identidad personal: los medios son un servicio complementario, suplementario, sustitutivo del empobrecimiento de la vida real.

- Aceptación del entorno: reafirmación de los valores a través de los medios (fomento de los valores, de la cultura, la construcción de la nación...).

- Función de correlación: necesidad de integración, de adhesión al colectivo mediante materiales extraídos de los medios.

  • Circunstancias individuales y psicológicas:

- Familia, trabajo, estatus social, religión, género, edad, etnia, grupo de amigos, preferencias culturales, musicales, etc. ...


Entendemos, pues, que un mismo mensaje puede entenderse en muchos sentidos y provocar comportamientos, reacciones muy distintas entre esta masa enorme y compleja. Así, un periodista ha de ser consciente de hacia dónde quiere enfocar su comunicado y tener en cuenta, también, de las múltiples interpretaciones que se pueden derivar de su contenido. Por lo tanto: precaución.

Una vez apuntadas algunas de las cuestiones que los periodistas debemos tener interiorizadas para ser competentes en nuestro sector, me gustaría dar un poco de rienda suelta a la imaginación, por aquello de no quedarnos con las directrices teóricas.

En este punto, y como ya es habitual en mis discursos, os invito a ver la película Buenas noches y buena suerte. En ella, Clooney se atreve a retratar en blanco y negro el periodismo televisivo valiente que se practicó en el programa See it Now, de la CBS, durante los años 50, denunciando la persecución del senador McCarthy contra presuntos comunistas. Los discursos del personaje que representa el periodista Edward R. Murrow me llenaron de tal manera, que me daban ganas de aplaudir cada vez que abría la boca. En fin, entre esta película y las palabras de Tresserras (ver escritos anteriores), aún queda esperanza en el periodismo comprometido, aquél que cree que un mundo mejor es posible a través del cuarto poder.